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22 de Junho de 2021

Strive for Five, un importante concepto en la conservación de vacunas

Sabemos que las vacunas son inmunobiológicos termosensibles, es decir: la temperatura a la que están expuestas es el principal factor que interfiere en la calidad del inmunizante desde el momento en que se embotella. Asegurar la temperatura correcta y estable durante todo el proceso de transporte y almacenamiento es un desafio.

 

Esta preocupación por la Cadena de Frío no viene de hoy. Ha ido ganando fuerza desde la década de 1990, a través de la experiencia del Programa Australiano de Inmunización. Las autoridades sanitarias de ese país han implementado un robusto programa nacional de inmunización, con una altísima cobertura de vacunación. Cuando una vacuna eficaz se combina con una alta cobertura vacunal, es posible controlar la transmisión de una enfermedad e incluso erradicarla. Australia tenía estas vacunas eficaces, una cobertura de vacunación muy alta, pero aún tenía enfermedades como el sarampión circulando. Y surgió la pregunta: si la vacuna es tan buena, con alta cobertura, cómo puede suceder esto? Al investigar, los investigadores se dieron cuenta de que el problema estaba en la Cadena de Frío. Las vacunas no se estaban conservando bien y por eso era inútil vacunar a toda la población, ya que las dosis iban perdiendo efectividad por las desviaciones de temperatura. Ésta es la gran diferencia entre vacunar e inmunizar. Mientras que vacunar se refiere al acto de inyectar la vacuna en la persona, inmunizar se refiere a la acción efectiva de los inmunobiológicos en el cuerpo.

 

La experiencia de Australia

 

El estudio realizado en Australia se remonta a 1994 y, en 1997, ocurrió algo similar en Río de Janeiro, con respecto a la vacunación contra el sarampión. En ambos casos la conclusión fue la misma: problema en la cadena de frío. Estos estudios comenzaron a sacar a la luz la importancia de la cadena de frío y cómo es fundamental que las vacunas mantengan su efectividad.

Desde entonces, Australia ha comenzado a producir materiales para determinar los cuidados necesarios durante todo el proceso de almacenamiento de la vacuna, ya que es imposible evaluar a simple vista si una vacuna ha sufrido o no una desviación del rango de temperatura. A partir de toda esta experiencia, los profesionales australianos han publicado un manual sobre el almacenamiento de vacunas, llamado "Strive for Five", que significa "perseguir el cinco".

El rango de temperatura de almacenamiento de una vacuna está entre 2°C y 8°C, pero cuando se intenta mantener la temperatura en todo momento a 5 grados o muy cerca, la probabilidad de que la temperatura varíe es mucho menor. Por eso es importante tener en cuenta que el objetivo de la conservación de la vacuna es mantener las dosis a 5°C, con un seguimiento permanente. Cuando la temperatura del equipo comienza a desviarse demasiado de 5°C, es una señal de advertencia para volver a 5°C, una temperatura que está exactamente en el centro del rango. Este es el concepto de Strive for Five: persigue el cinco cuando el rango de temperatura está entre 2°C y 8°C.

Este tipo de conservación y control de la temperatura solo lo proporcionan las cámaras científicas, equipos de precisión desarrollados específicamente para el correcto almacenamiento de vacunas.

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